Unos tímidos y esbeltos potrillos se asoman con curiosidad por encima de una pared seca menorquina para mirar que estás haciendo. Una embriagadora fragancia de plantas y flores invade tu habitación por la ventana que tienes abierta. Y, al mismo tiempo, tus oídos se deleitan escuchando una sinfonía de pájaros cantores que solo se ve interrumpida, de vez en cuando, por los rebuznos de un burro perezoso que se queja de aburrimiento…
Así fueron la mayor parte de mis jornadas de teletrabajo en Menorca la pasada primavera, cuando nos vimos sometidos al confinamiento forzoso provocado por la pandemia del Coronavirus.
Mientras millones de personas se angustiaban confinadas en las ciudades, los privilegiados residentes de Menorca vivimos una experiencia que me atrevo a calificar de casi mística.
Y es que no fue lo mismo soportar un inhumano bombardeo de noticias apocalípticas sobre del Covid-19, atrapados en un entorno urbano de avenidas desiertas por las que deambulaban coches de policía que lanzaban mensajes represores, que hacerlo en la Menorca cobijados por la paz espiritual que ofrecen el campo y el mar…
Y es que la sabiduría popular ya lo dice: “No hay bien que por mal no venga”. Gracias al silencio que provocó el cese de la actividad humana, los habitantes de la isla pudimos oír el clamor de la naturaleza, un hilo de voz de sabiduría que nos recordó cuales son las verdaderas prioridades de la vida.
Descubrimos con asombro que para muchos de nosotros la mayor parte de las tareas profesionales que desarrollamos habitualmente se pueden realizar desde el confort del hogar.
Aprendimos a conciliar nuestra vida familiar con el trabajo, e incluso fuimos capaces de detenernos unos instantes para disfrutar de un bello amanecer o de una electrizante puesta de sol.
Nos dimos cuenta de que gracias a la tecnología existente, con una simple pantalla de dispositivo electrónico, se puede evitar el tener que viajar, conducir, aparcar y consumir innumerables recursos…
Además, al menos en mi experiencia, he notado que al tratar con las personas desde un entorno más íntimo como son sus propias casas, de alguna manera el trato se convierte en más cercano y agradable, e incluso ese estado de ánimo se traduce en mayor productividad.
En definitiva si tu sueño es vivir en Menorca y tu profesión te lo permite, no lo dudes Menorca es un paraíso para ejercer el teletrabajo, y nosotros disponemos de maravillosas casas en el campo o junto al mar que podrían ser tu oficina.
Otros artículos que podrían interesarte.
Mijo
De acuerdo con todo – que lujo. Llevo 15 años trabajando de casa y lo he apreciado siempre, pero la pandemia me enseñó aún más que afortunada que soy…
Eduard
Hola José, bonita descripción con la que me identifico. Llevo 15 años viviendo en una zona de la península en la que también he tenido la suerte de tener un confinamiento digamos de lujo.
Por cambiar de aires, llevo tiempo dándole vueltas al tema de mudarme a vivir a Menorca. He recabado toda la información posible sobre la isla y me he visto todos los videos de tu canal de Youtube donde aportas valiosa información de primera mano.
Si supero mi fobia al viento (jejeje, me agobía bastante) y a la pandemía le da por terminar (veremos), me gustaría un apartamento/piso pequeño para una persona en la zona occidentald e la isla. Es migjorn Gran, Ferrerías, quizá alrededores de Ciudalela y no descarto más cerca del mar en lugares como Santo Tomás o zonas circundantes en Ciudadela. En Ferrerías no hay problema para encontrar apartamentos, pero en Es Migjiorn GRan solo veo casas en venta y en las urbanizaciones cercanas al mar alquileres vacacionales. Busco la tranquilidad del interior pero, por otro lado, me tira mucho poder ver el mar por la ventana. ¿Podrías ayudarme? Gracias.
Jose
Hola Eduard! Gracias por tu comentario. Tienes razón en Es Migjorn Gran es difícil encontrar lo que buscas, en este municipio es más fácil encontrar una casita o planta baja. Yo no descartaría ninguna parte de la isla. Por otro lado, este año debido a Covid-19 seguro que encontrarás apartamentos cerca del mar que se destinaban a uso turístico para alquilar todo le año. Escríbeme si necesitas cualquier cosa. Un abrazo
Eduard
Muchas gracias, te tomo la palabra para preguntarte algunas cosillas. Un abrazo!