Cuando visité esta finca rústica en Menorca con vistas al campo y al mar, automáticamente, supe que había encontrado la finca más anhelada de Menorca. ¡Tenía todo los que los compradores buscan! En sus casi 40 ha de terreno reina una calma tan absoluta que se puede escuchar el silencio (para alguien que vive en la ciudad, puede llegar a ser abrumador, en serio).
Tiene una casa muy menorquina de varios siglos de antigüedad construida sobre el punto más alto de la zona, que goza de una espectacular panorámica de gran parte de la isla. La sensación de encontrarte envuelto por toda esa naturaleza y ver las playas vírgenes de Menorca al fondo es una experiencia casi espiritual, un privilegio que solo se puede disfrutar en muy pocas casas de Menorca.
Y aunque se inició una reforma en la vivienda que no se terminó, se adivina que conserva un potencial increíble. Basta ver la ubicación de la piscina desbordante que está diseñada para que podamos contemplar el mar cuando nademos. También en el interior de la casa tenemos espacios impresionantes, como un gran salón diáfano con enormes cristaleras que muestran el mar como si fuera una gran pantalla de cine. En el exterior está plagado de bonitos detalles de trabajo de mampostería original de la época realizados con piedras naturales de la zona.
Y no puedo terminar este post sin mencionar la hermosa orografía del terreno, un lienzo salvaje salpicado de formas y colores que se graban en la retina del visitante de forma impertérrita. ¿Demasiado bonito para ser verdad…? Vean el vídeo y juzguen ustedes mismos…
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