Consecuencias inesperadas en Menorca por el Coronavirus

Una consecuencia inesperada provocada por la pandemia del Coronavirus en Menorca ha sido el aumento de interés por las propiedades con mucho terreno o, por lo menos, con  jardín.

Y es que claro, de repente hemos descubierto que disponer de tu privacidad y de un buen pedazo de terreno es algo muy valioso.  ¿Dónde es más seguro estar en estos momentos  de alarma mundial, en un piso de lujo con zonas comunes o en una humilde casa de campo aislada…?

 

Hemos aprendido que disponer de tu propio espacio exterior para cultivar tu propio huerto, e incluso tener animales de granja, si vienen mal dadas, no solo nos brinda un desahogo sino que nos permite autoabastecernos con nuestra propia comida. ¿Vaya, quién hubiera pensado algo semejante hace unas pocas semanas, verdad?

 

Y la evidencia nos indica que la tendencia  va a ir todavía mucho más lejos en cuanto pase lo peor y nos podamos detener a pensar, porque de buen seguro toda la sociedad occidental mundial va a modificar en alguna medida sus hábitos y forma de entender la vida.

Y es que esta crisis, que nos ha caído como un rayo en la cabeza, nos ha obligado a despertar de sopetón de nuestra fantasía artificial y nos ha propinado un latigazo de consciencia sobre las verdaderas prioridades de la vida. Y nuestra primera reacción primitiva es la supervivencia y de su mano viene la segunda: la seguridad. Y consecuentemente una finca rústica o casa de campo ofrece más posibilidades para poder cubrir estás necesidades ancestrales.

 

Ahora redescubrimos con admiración que nuestros antepasados mantenían una envidiable relación de equilibrio con la naturaleza. Aprovechaban todos los recursos que ésta les ponía a su alcance. En las fincas rústicas recogían el agua de la lluvia en grandes cisternas, cultivaban las tierras, tenían su propio ganado y animales de granja e incluso producían su propio aceite, vino y otros muchos productos. Ahora que estamos sumidos en un mundo globalizado en el que consumimos alimentos que vienen del otro extremo del planeta, mientras nuestras propias tierras permanecen abandonadas con peligro de incendio, descubrimos  con envidia  que aquellas gentes eran realmente autosuficientes y además ecologistas.

Sin duda ahora, después de esta lección de humildad ¿quién no querría refugiarse en su propia finca rústica o casa de campo?

¿Verdad que ahora ya no suena tan ridícula la idea de tener, incluso, tu propio bunker antinuclear?

Sí, nos hemos despojado del velo de la banalidad y la frivolidad que no dejaba pasar la luz de la razón y volvemos a ver…

 

Por favor, comenta con nosotros tu opinión: ¿crees que estas conclusiones son exageradas, o tú ya habías pensado algo parecido?

Tomates de Menorcasobrasa de Menorcabarrera de Menorca

 

3 comentarios

  1. Carlos

    Me parece un poco irreal el articulo. Vivir en una «modesta» casa de campo con terreno en Menorca es muchisimo mas inalcanzable y caro que en un piso de lujo de una capital. El articulo pretende ensalzar los valores sencillos por encima de lo material en un mundo en que es necesario tener mucho dinero para conseguir ese lugar de retiro en la naturaleza.

  2. Vanesa López Femenias

    Lo llevaba pensando desde que tengo uso de razón. Lástima que sean tan poco asequibles

  3. Carlos Swiderski

    There is no doubt that self isolation in a Finca on Menorca is where one would ideally like to be – totally agree.

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